viernes, 10 de febrero de 2012

LA ALMENDRO


Chopin "Fantasie" Impromptu, Op. 66

¡Qué personalidad tiene el almendro!
Yo quisiera llamarle "La almendro" porque me parece un árbol femenino y además, juvenil.
Ved por qué.
Apenas los días empiezan a crecer pasado el solsticio de invierno y algún rayo de sol a calentar la tierra le sube a  las almendros un color y un rubor como del rostro de una jovencita enamorada. Y allá va, con sus prisas, antes que los demás, lanzándose a lucir sus encantos, a cubrirse de flores. No espera los consejos maternos:
-¡Ay hija, con este aire te vas a enfriar!
Ni las amonestaciones de sus hermanos, los demás árboles que esperan para soltar sus hojas a que el sol caliente más.
Así, con su entusiasmo por ver el mundo, se asoma la savia a las ramas desnudas. Lo ven todo desolado y ¿qué piensan? ¿que el mundo está solo y desértico? Me parece que sí, pues pronto se ven fecundadas y tal vez crean que es tarea suya repartirse por toda la tierra.
Enseguida se repliegan sobre sí (me han recordado a los gusanos de seda) y se desprenden de sus preciosos pétalos, tan tiernos y bien preparados.
Hay que aplicarse a la tarea, crecer desde dentro, repoblar el mundo que han visto helado. ¡Ah, si pudieran de cada flor sacar un nuevo árbol! y en eso parece que se empeñan.
La lección, bien sabida.
Primero fruto ¡Sí, sí! Pero no perdamos tiempo, por favor, ni materia.
¿Fruto? Sí, pero no apetecible, no comestible, ¡semilla, semilla es lo que queremos ser!
Y así se presentan: una afelpada envuelta, puro terciopelo, pero amargo para desánimo de golosos, y luego su bien trabajado estuche de madera. ¿Estuche? ¿cuna? En un zig-zag sabio, las fibrillas de madera se encargan
de proteger la almendra. ¡Vaya si la protegen, no por descuido se perderá la semilla!                     
Y allí está, blanca, tierna, como una minúscula doble matriz para alimentar a ¡eso sí! la diminuta raíz y las hojas que ya están diseñadas.
¡Almendra madre! ¡Jovencísima madre! ¡Perpetua madre! Sólo el robo que hacemos de tus semillas menoscaba tu labor.